Por si dar con la casa de tus sueños no fuera una decisión difícil, los trámites se complican al intentar elegir el mejor producto de financiación. Una opción son las hipotecas de COINC, la banca online de Bankinter, que te ofrecen un adelanto del dinero que te falte para comprar tu futuro hogar.
En el catálogo de hipotecas de COINC encontrarás los dos tipos más contratados: las fijas y las variables. Ambos funcionan de forma similar, aunque difieren en el tipo de interés que se aplicará a la deuda de los titulares del préstamo.
Las hipotecas variables de COINC han sido durante muchos años el tipo de hipoteca más contratada en España. Estas se caracterizan por tener un interés compuesto en el que intervienen un índice de referencia (el euríbor) y un diferencial fijado por la entidad. Como el primero es un tipo que cambia periódicamente, quienes contraten una hipoteca variable de COINC tienen el riesgo de que suba mientras devuelven el préstamo, lo que impactará directamente en su cuota.
Como habrás deducido, con las hipotecas fijas de COINC el interés se establece desde el momento de la contratación y no cambiará aunque el euríbor suba. A simple vista, estos productos reducen el riesgo de los clientes, pero también suelen tener diferenciales más altos. Tradicionalmente, hipotecas fijas como las de COINC solían cobrar también más comisiones o tener condiciones más estrictas de financiación, pero estas diferencias entre ambos tipos de préstamos han ido desapareciendo.
No solo debes fijarte en el interés al decidir si las hipotecas de COINC son las que más te convienen. Por ejemplo, tendrás que asegurarte de contar con los ahorros mínimos que exige el banco y de que el porcentaje máximo de la hipoteca de COINC se corresponde con lo que necesitas. El plazo de amortización –es decir, de devolución de la deuda- también es importante para poder calcular si las cuotas te son asumibles.
También debes tener en cuenta posibles comisiones –de apertura, estudio o por el coste de algunas gestiones- o comprobar si te aplica alguna cláusula del contrato que pueda afectar a una oferta a priori atractiva. Por último, muchas entidades exigen que los titulares contraten otros productos –como un seguro de vida- para acceder a la concesión del préstamo.