La Tarjeta Crédito ING del banco ING no tiene comisiones ni de emisión ni de mantenimiento, sin que tengas necesidad de cumplir ningún requisito previo.
La Tarjeta Crédito ING no tiene comisión por renovación.
La Tarjeta de Crédito Premium de Openbank, que forma parte del "Pack de Débito y Crédito Premium" no tiene comisión por emisión.
Para renovar el "Pack de Débito y Crédito Premium de Openbank", del que forma parte la Tarjeta de Crédito Premium de Openbank, tendrás que pagar una comisión de renovación de 19,90€ al año.
Para hacerte con el "Pack de Débito y Crédito Diamond" de Openbank, del que forma parte la Tarjeta de Crédito Diamond, no tendrás que pagar ninguna cuota de emisión.
Si quieres renovar el "Pack de Débito y Crédito Diamond" de Openbank, del que forma parte la Tarjeta de Crédito Diamond, tendrás que abonar una cuota de renovación de 55€ al año.
No tendrás que pagar ninguna comisión ni por apertura ni por mantenimiento de la Tarjeta Revolut Estándar.
La tarjeta N26 del banco N26 no cobra comisiones de emisión.
La entidad N26 no te cobrará nada por renovar tu tarjeta N26.
La Tarjeta de Débito Open Debit de Openbank no tiene comisiones de emisión para el primer titular, ya que está asociada a la Cuenta de Pago Básica,
Cuenta Corriente Operativa o Cuenta Nómina.
las tarjetas adicionales para otros titulares tienen un coste de emisión y renovación de 18€.
La renovación de la Tarjeta de Débito Open Debit es gratuita si eres el primer titular. Ahora bien, para otros titulares, Openbank cobrará 18 euros de comisión por renovación.
No tendrás que pagar ninguna comisión ni por apertura ni por mantenimiento de la Tarjeta Revolut Estándar.
La tarjeta de Prepago eCommerce de Openbank no tiene comisiones de emisión ni de renovación.
Para renovar tu tarjeta Prepago eCommerce no tendrás que hacer nada: se renueva automáticamente y es gratuita.
Las tarjetas bancarias son medios de pago que permiten que el cliente pueda abonar compras y servicios, o incluso aplazar los pagos, sin necesidad de llevar dinero en efectivo o de realizar engorrosos trámites con su banco. Con solo pasar uno de estos plásticos por un datáfono o con facilitar los datos que los identifican, podrás llevar a cabo la operación.
En el mercado español conviven distintos tipos de tarjetas y varias marcas comerciales, como Visa o MasterCard. Por esa razón, es importante conocer correctamente cómo funciona cada una de ellas. De esta forma, el usuario podrá determinar cuál le conviene usar en cada momento y qué consecuencias tendrá su utilización.
Las tarjetas de débito son aquellas que permiten que el consumidor realice pagos o compras con cargo a una de sus cuentas bancarias. Es decir, los bienes o servicios que se abonen con este tipo de medios de pago se abonarán con el dinero que el consumidor tiene en su cuenta y, por tanto, si carece de fondos, no podrá realizar la operación.
Ahora bien, algunos bancos sí permiten que sus clientes realicen algunos pagos con sus tarjetas de débito pese a que no dispongan de fondos en su cuenta. Eso sí, para ello habrá que pagar una comisión. ¿La razón? Cuando esto sucede, la cuenta del cliente empieza a estar en números rojos. Para comprender mejor cómo se aplican estos cargos, hay que tener en cuenta que, por un lado, el banco va a cargar una notificación por descubierto: es decir, un coste por avisarle de que ha dejado la cuenta en números rojos. Una vez abonado este gasto, la entidad le cobrará un porcentaje sobre la deuda máxima que se acumule: la comisión sobre el saldo deudor. Por último, la entidad aplicará unos intereses de demora, es decir, un interés por haberle prestado el dinero que necesitaba.
Las tarjetas de crédito son medios de pago que, en apariencia, son muy similares a las de débito: su formato es prácticamente el mismo (una tarjeta de plástico) y también disponen de una numeración, un PIN para que el cliente realice pagos con seguridad y un CV (o código de verificación) que se utiliza, por ejemplo, al realizar compras online.
Ahora bien, con las tarjetas de crédito no es necesario que el consumidor disponga de dinero en su cuenta para poder realizar una compra o un pago, ya que su propio banco se encargará de prestarle lo que necesite, a cambio de que se lo devuelva en un momento determinado y a cambio del pago de un interés. Antes de concederte la tarjeta, el banco analizará tu perfil y solvencia, para determinar el saldo que te finalmente te presta.
A la hora de utilizar una tarjeta de crédito, debes tener en cuenta que podrás elegir entre distintas formas de pago.
Devolución al mes siguiente: el cargo de la compra que se realiza en un mes se suele pasar a la cuenta del usuario en los primeros días del mes siguiente (entre el 1 y el 5, normalmente). En este caso, muchos bancos no aplican intereses por realizar la operación y, si lo hacen, suelen ser menores a los que se cobrarían con la modalidad de pago aplazado o revolving.
Revolving o de pago aplazado: permite que el cliente bancario aplace el pago de una compra en distintas mensualidades. En concreto, los bancos suelen permitir que el cliente elija entre dos opciones: fijar el número de meses en los que devolverá su deuda (pago aplazado) o establecer una cuota fija mensual, que será lo que abone hasta dar por finiquitada su deuda (pago revolving). El interés que se cobra en estas modalidades suele ser mayor que el que habría que abonar con el pago al mes siguiente.
Las tarjetas de débito-crédito son aquellas que se pueden utilizar para pagar a débito (usando el dinero que tengas una cuenta) o a crédito (pidiendo dinero prestado al banco). En algunos casos, las tarjetas de débito-crédito permiten realizar cualquier operación (pagar compras, sacar dinero en cajeros, etc.) en cualquiera de sus modalidades, mientras que otras limitan su uso: por ejemplo, permiten sacar dinero solo a débito, pero permiten abonar las compras tanto a débito como a crédito.
Las tarjetas monedero son medios de pago que solo permitirán pagar con la cantidad que previamente se haya cargado en ellas. Por tanto, no están vinculadas a una cuenta bancaria, de ahí que resulten especialmente seguras para operaciones como las compras por Internet, o que resulten útiles para regalar dinero en efectivo a alguien.
Además de su seguridad, una de las ventajas de las tarjetas monedero es que permiten llevar un control de los gastos, al tener siempre un tope máximo para gastar. Por esa razón, pueden ser el tipo de tarjetas más prácticas para los clientes bancarios más jóvenes.
Por otra parte, es esencial que consultes la política de comisiones que aplica cada entidad a sus tarjetas monedero para saber a ciencia cierta si tendrás que pagar algo por realizar una transferencia de dinero a uno de estos plásticos.
Las tarjetas de fidelización permiten operar a crédito, pero con unas características específicas. Al contrario de lo que ocurre con las de crédito, las tarjetas de fidelización están emitidas, normalmente, por empresas especializadas (en lugar de bancos) y se comercializan por parte de establecimientos comerciales, como El Corte Inglés, Iberia e Ikea, entre otros. Ahora bien, permiten las mismas formas de pago que las tarjetas de crédito tradicionales: el pago a fin de mes , el pago a revolving y el pago aplazado.
Además, se caracterizan porque no solo permiten que sus usuarios puedan disponer de una línea de crédito para poder pagar compras. También les permiten disfrutar de una serie de ventajas, como por ejemplo, la posibilidad de obtener descuentos en compras o puntos con los que se podrán obtener regalos o rebajas. Con este tipo de tarjetas, el consumidor también podrá acceder gratuitamente a algunos de los servicios que ofrecen los establecimientos comerciales que las comercializan.
Cuando oigas hablar de tarjetas online es posible que te encuentre ante dos tipos de medios de pago:
Las tarjetas sin cambiar de banco son tarjetas de crédito que podrás obtener sin necesidad de abrir una cuenta en la entidad que las emita. A diferencia de lo que sucede con las tarjetas con vinculación bancaria, con este tipo de plásticos, la entidad que las emita tan solo examinará tu perfil para conocer si eres un cliente solvente. A partir de ahí, lo único que te requerirá es que dispongas de una cuenta en cualquier entidad para poder pasarte los cargos que realices con ella.
Las tarjetas de crédito sin cambiar de banco suelen estar emitidas por empresas especializadas –en lugar de por bancos- y, en muchos casos, funcionan como tarjetas de fidelización: es decir, están vinculadas a una marca o establecimiento comercial, y te permitirán obtener descuentos y otro tipo de ventajas a cambio de utilizarlas.
Los usuarios habituales de tarjetas deben tener en cuenta las siguientes medidas de seguridad para saber qué hacer en caso de pérdida o robo de tarjeta:
Las tarjetas suelen estar sujetas al pago de comisiones, aunque muchas se pueden evitar si cumples con las condiciones que ponen las entidades. Las principales comisiones son:
Las tarjetas de crédito son un medio de pago que permite al usuario utilizar dinero que le presta el banco, es decir, un importe que no tiene en su cuenta pero que la entidad te presta. Las tarjetas de crédito ofrecen al consumidor distintas formas de devolver su deuda: pagarla todo de golpe a principios del mes siguiente, aplazarla en varios meses o fijar una cuota fija para pagar cada mes hasta darla por finiquitada. Además, con el avance de las nuevas tecnologías, cada vez son más las tarjetas de crédito que funcionan como tarjetas online: es decir, como medios de pago que se pueden obtener a golpe de clic, de una forma rápida, sencilla e, incluso, sin cambiar de banco.
Para que elijas aquellas tarjetas de crédito que se ajusten mejor a tu perfil, te recomendamos que utilices comparador de tarjetas de crédito como el que te ofrece Kelisto, con el que podrás conocer, de forma rápida y sencilla, cuál es la tarjeta bancaria que más te interesa contratar.
Las tarjetas de débito son medios de pago que permiten que el consumidor pague con el dinero que tiene en su cuenta bancaria, tanto al efectuar sus compras como al sacar dinero en cajeros. A diferencia de lo que ocurre con las tarjetas de crédito -que permiten que el usuario disponga de un dinero que, inicialmente, no tenía-, con estas tarjetas bancarias sólo podrás realizar operaciones con dinero que te pertenece.
Si te preguntas cómo puedes hacerte con una tarjeta de débito, debes saber que, normalmente, se contratan junto a una cuenta corriente o nómina y que, además, la mayoría son tarjetas online, es decir, que las podrás contratar a través de Internet. Ahora bien, para encontrar la oferta del mercado, te aconsejamos que utilices un comparador de tarjetas con el que podrás dar con las mejores tarjetas bancarias.
Las tarjetas monedero son medios de pago que funcionan, como su nombre indica, igual que si fuesen una cartera: es decir, el consumidor solo podrá pagar con el dinero que haya metido previamente en ellas. Se trata de opciones especialmente utilizadas, por ejemplo, para realizar un regalo en forma de dinero a alguien o para el pago por Internet (por su seguridad, ya que no están vinculadas a ninguna cuenta). Por esa razón, cada vez son más tarjetas online que puedes contratar con función monedero. Además, algunas de estas tarjetas bancarias ni siquiera tienen soporte físico, sino que funcionan como tarjetas virtuales: es decir, solo necesitarás tener una numeración y una clave para poder operar con ellas por Internet.
Si quieres conocer cuál es la oferta que mejor se ajusta a lo que estás buscando, te sugerimos que uses un comparador de tarjetas que te muestre el listado de las tarjetas monedero que apliquen las condiciones más atractivas del mercado.