¿Todavía existen las cuentas vivienda?
Las cuentas de ahorro vivienda fueron uno de los productos financieros estrella durante los años en los que se vivió el máximo esplendor del ladrillo en España. ¿La razón? Las ventajas fiscales que ofrecían a quienes quisieran comprarse una casa. Sin embargo, en 2013 pasaron a mejor vida después de que el Gobierno decidiera acabar con sus beneficios a ojos de Hacienda.
¿Qué eran las cuentas de ahorro vivienda?
La cuenta de ahorro vivienda era un tipo de cuenta con un objetivo muy concreto: la compra de una vivienda habitual, es decir, la principal residencia del titular durante al menos tres años consecutivos o la rehabilitación del hogar.
La ventaja de estas cuentas radicaba en los beneficios fiscales que permitían al titular deducir el 15% de las cantidades aportadas en el IRPF cuando hiciese la declaración de la Renta: es decir, tenían el mismo tratamiento fiscal que el resto del dinero que se usara para la adquisición de una primera vivienda.
La situación de estas cuentas cambió cuando el Gobierno, en 2013, eliminó estos beneficios fiscales y tras su suspensión, los únicos alicientes de las cuentas de ahorro vivienda eran que el interés que pagaban era superior al de otras cuentas remuneradas, y por otra parte, la posibilidad de poder acceder a un préstamo hipotecario con mejores condiciones. Sin embargo, esto no fue suficiente para mantener este producto financiero en el mercado.
¿Qué alternativas hay a las cuentas vivienda?
A día de hoy, no hay ningún producto que permita una deducción fiscal como la que ofrecían estas cuentas hasta 2013. Las únicas alternativas para sacar partido a tu dinero sin correr riesgos son las cuentas remuneradas o los depósitos a plazo fijo, que están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos y que también te pagan un cierto interés para destinarlo a la compra de una vivienda o a cualquier otro fin.
La principal ventaja de elegir una cuenta remunerada es que tendrás la posibilidad de recuperar tu dinero cuando quieras sin que te penalicen por ello. Además, los intereses generados por estas cuentas recibirán el mismo tratamiento cuando vayas a hacer la declaración de la Renta que el que tenían las cuentas vivienda cuando el Gobierno eliminó las desgravaciones fiscales, que eran:
- Por los primeros 6.000 euros que ganes en concepto de intereses, tendrías que pagar un 19% a Hacienda.
- Si lo que ganas está entre 6.000 y 50.000 euros, pagarías un 21%.
- Y si lo que recibes supera los 50.000 euros, abonarías un 23%.
Si quieres más detalles sobre cómo tributan estos productos, eso sí, no te pierdas nuestro análisis sobre los mejores consejos para hacer la declaración de la renta.
Por otro lado, la ventaja de estas cuentas de ahorro clásicas es que no te exigen cumplir con ciertas condiciones, como sí que hacían las cuentas vivienda. Para poder disfrutar de sus ventajas fiscales, estas te exigían que destinaras el dinero a comprar una vivienda en un plazo máximo de cuatro años, no la canceraras y, lo más importante, que no utilizases el dinero para otro fin diferente al de la compra de la casa.
Por su parte, los depósitos a plazo fijo suelen dan mayor rentabilidad por los ahorros que las cuentas de ahorro pero ojo porque cuando contratas estos productos te piden que no saques el dinero durante un plazo previamente acordado. En caso de hacerlo, te aplicarían una penalización que podría hacer que no ganases nada de dinero.
Si te interesa contratar alguna de estas alternativas a las cuentas de ahorro vivienda, no dudes en visitar nuestros comparadores de cuentas de ahorro y depósitos a plazo fijo.